Un mendigo en Toledo
Preparando mi próxima visita a Toledo, saqué de las entrañas de mi biblioteca una interesante guía de la que conservaba un buen recuerdo de mi anterior estancia allá por el año 94. Más que guía, es un grueso volumen editado por aquellos mismos años, en el que se cuenta -a mi parecer- con gran lujo de detalles historias y anécdotas de todo lo que existe en aquella ciudad, desde en el más recóndito de los rincones, hasta en la mismísima plaza de Zocodover. Según tomé el libro, fueron asomando de su interior viejas entradas de los museos de la ciudad, algún recorte de prensa, una pintoresca etiqueta de manzanilla de Cadiz -volvíamos de aquél lugar cuando paramos en Toledo-, y una antigua postal de la que no tenía memoria alguna hasta que la vi. Es esta misma, la que acompaña al texto, y recuerdo haberla comprado en una librería de viejo uno de aquellos días. Quien me conoce un poco sabe, o sospecha, de mi afición por las postales antiguas. Colecciono hasta el momento una moderada cantida