Un mendigo en Toledo


Preparando mi próxima visita a Toledo, saqué de las entrañas de mi biblioteca una interesante guía de la que conservaba un buen recuerdo de mi anterior estancia allá por el año 94. Más que guía, es un grueso volumen editado por aquellos mismos años, en el que se cuenta -a mi parecer- con gran lujo de detalles historias y anécdotas de todo lo que existe en aquella ciudad, desde en el más recóndito de los rincones, hasta en la mismísima plaza de Zocodover.


Según tomé  el libro, fueron asomando de su interior viejas entradas de los museos de la ciudad, algún recorte de prensa, una pintoresca etiqueta de manzanilla de Cadiz -volvíamos de aquél lugar cuando paramos en Toledo-, y una antigua postal de la que no tenía memoria alguna hasta que la vi.


Es esta misma, la que acompaña al texto, y recuerdo haberla comprado en una librería de viejo uno de aquellos días. Quien me conoce un poco sabe, o sospecha, de mi afición por las postales antiguas. Colecciono hasta el momento una moderada cantidad de ellas: no se trata de montar un museo en mi casa, pues apenas habría sitio para el rótulo; y además no sigo otro criterio para hacerme con ellas que el de la simple atracción que siento al verlas. En todo caso, tengo cierta predilección por las que se refieren a lugares que conozco, de mi ciudad por ejemplo; o a escenas y tipos curiosos, como los Mangiamaccheroni de los que algo hay en alguno de mis cuadernos.


En ocasiones, cuando tengo tiempo, me gusta analizarlas con detalle e intentar averiguar sobre ellas todo lo que puedo.


"Un mendigo en Toledo", por ejemplo, pertenece, como se dice en su pie, a la colección "Cánovas", que no es sino una referencia a la identidad de su autor semejante en este mundillo a la que pudiera ser Hauser y Menet, Laurent, etc...


El tal Cánovas se llamaba Antonio Cánovas del Castillo, era sobrino del afamado político conservador, y conocido en el mundo de la fotografía como Kaulak. Tenía entre sus clientes a la mismísima Casa Real y, por lo tanto, a su rebaño: lo más granado de la nobleza de entonces.


Organizó su colección de postales por series de letras del alfabeto. Las correspondientes a Toledo pertenecen en general a la T, aunque por lo que leí hay una de la serie D y esta del mendigo que pertenece a la E. Las demás no lo se, pero esta que tengo, al no tener el reverso partido es anterior a 1907.


A la vista del mendigo, volví a imaginar a esos primeros fotógrafos de postales que, alejándose de La Corte y de las grandes ciudades, se lanzaban por los caminos del país en busca de nuevas imágenes, de tipos pintorescos, de situaciones únicas... Cabe suponer que, en muchos casos, ni siquiera eran quienes las firmaban, y que de su memoria y de las curiosas vivencias que tuvieron que experimentar, nada ha quedado para nosotros más allá de la mirada triste, resignada y perdida de quien nos observa desde el pasado.

Comentarios

  1. Qué cara tan expresiva la del mendigo. También disfruto esas postales, si bien no las colecciono.

    Imprescindible que visites esta web y te empapes de alguna de sus fotos e historias.

    http://toledoolvidado.blogspot.com/

    Un abrazo.

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  2. ¿Se llevaría una propina el mendigo? Espero que el fotógrafo le solucionase el día. Debía ser un espectáculo hacer la foto, todavía hoy día el manejar la cámara confiere poder (como dice Terry Pratchett) en milnovecientospocos debía ser el poder absoluto.

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  3. Tomo nota de la web, ahora que estoy documentándome para sacar el mayor partido de mi estancia por esas tierras.

    Muchas gracias, amigo

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  4. Creo que todo imaginamos al mendigo posando a cambio de unas pocas monedas. De hecho, si nos fijamos incluso el fondo en el que está colocado es de "bodegón", por llamarlo de alguna manera. Vamos, que como se dice hoy, no se trata de un "robado".

    En el mil novecientos o mil novecientos uno, que es cuando calculo que se hizo la foto, el hombre de la cámara debía ser algo así como un ser venido del futuro...

    Saludos

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  5. más que pedir yo apostaría que esa expresión de sombrero vuelto es de respeto, como que le dicen" póngase usté ahí un momento que le saco una foto", ...acojonao no está,
    pero tiene bien agarrá la garrota,
    y con esa cara de preocupación que preocupa también al que lo mira

    "el que me robó la cartera, luego"
    sería título más apropiado, propongo.

    un saludo

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  6. No todos podían ser Ortíz de Echagüe, pero buenos, haberlos haylos.

    Otro tipo de fotógrafo era el que iba por las aldeas haciendo fotos familiares, bodas, entierros...., y de ahí si que algunos han llegado póstumamente a ser considerados maestros de la fotografía.

    De todas las postales antiguas las que más me interresan son en las que aparece el paisanaje, cuentan muchas más cosas.

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  7. Todas estas portales tienen su encanto pues encierran historias de personas y lugares. Seguro que a ti no te costaría inventarte una que tuviera como protagonista a ese personaje.
    Tienes suerte de volver a Toledo, para mi es una de las ciudades con mas interés, siempre que puedo la visito y siempre encuentro algo nuevo que me atrae.
    Buen día

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  8. Es más fácil ¿no recuerda usted aquellas estampas que nos dejaba el cartero en el buzón cuando eramos remótamente niños? Sí, esas en las que un retrato muy cincuentero de un cartero sonriente rezaba eso de :

    "El cartero le desea felices fiestas"

    Y entonces iba uno, o mejor dicho los ancestros de uno, y dejaba un aguinaldo para el tal correo.

    Pues bien, este señor, mendigo de profesión, quiso dar una vuelta al negocio. Innovar. Y decidió saludar a sus potenciales donantes con esta tarjeta:

    "Salutations de Jean Saavedra"

    Que lo del uso de idiomas donde hay mucho güiri viene muy bien.

    Otro saludo y la voluntad

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  9. Muy difícil se pone la cosa si se trata de comparar con Ortíz de Echagüe, tan de ese gusto común que tenemos por los retratos e imágenes de "tipos" y costumbres. Efectivamente, en ellas es donde se encuentran más cosas, donde a través de otra persona traducimos lo que ahí ocurre...

    El fotógrafo volante, como los buhoneros y charlatanes, es un personaje prácticamente perdido -tal y como era entonces- y del que creo yo que se podría haber sacado bastante jugo tanto literario como intrahistórico. En general, me atrae mucho de esos personajes su aroma Barojiano, por algún motivo -que imagino tiene que ver con mi formación-, no puedo desligar una cosa de otra.

    Me gustaría volver algún día sobre Ortiz de Echagüe, sobre los fotógrafos itinerantes... Lo dejo en la lista de "debe" justo debajo de la magdalena de Proust.

    Mucha salud, amigo

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  10. Pues si, mi querida e intuitiva amiga. Si, porque le diré que ésta y otra fotografía de la misma época, me inspiraron hace muchísimos años a escribir el borrador de un cuento, cuyas líneas generales en forma de borrador descansan por los siglos de los siglos en alguna carpeta perdida en mi casa. Era algo de bandidos, espías, carlistas y tesoros escondidos. Bien escrito estoy seguro de que tendría algún valor.

    Salud

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  11. Es un argumento perfecto para Miguel Sánchez-Ostiz.

    ¡Que no se te adelante amigo Charles!

    Salud

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  12. Tomo nota, queridos amigos. Buscaré esos papelajos. Tengo ganas de probar si ahora soy capaz de darles vida...

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