Testiculum Antichristi
Había esperado con gran impaciencia aquél día. En la sala capitular de la Catedral de Toledo iba a encontrarme con los retratos de dos de sus prelados. Tenía la esperanza de que ellos pudieran ayudarme a ordenar y dar un sentido a toda la información que había estado recogiendo desde meses atrás. Lógicamente, ninguno de ellos iba a salirse de su imagen para darme la clave de todo ese batiburrillo, pero sí que esperaba el encuentro con el lugar del que tanto insinuaban aquellos papeles. Pero hablemos de uno de los retratados en aquella sala, del primero de los dos que fui a buscar, Elipando de Toledo, y de lo que me vino a la cabeza esa mañana del 5 de abril, mientras aguantaba como ausente frente a su imagen, los empujones, gritos y murmullos de los innumerables turistas que visitaban el lugar. Desde nuestro encuentro en Paris, Iñigo y yo nos hemos visto en un par de ocasiones más. Pero el contacto lo mantenemos sobre todo gracias al correo electrónico y a alguna llamada que otra. Fue