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Hará cosa de un año que se armó un revuelo terrible entre los expertos y aficionados al arte. Desde siempre, se ha tenido por sabido que bajo un fresco de Vasari representando “La batalla de Scannagallo” que hay en la la sala de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia, se ocultan las primeras pinceladas de uno de Leonardo representando otra batalla: la de Anghiari. Así pues, a principios del 2012, un grupo de “especialistas” lo prepararon todo para ver que había de cierto en ello, y descubrir lo que podía quedar del de Da Vinci. Parece ser que hasta los de National Geographic pusieron dineros para ello, tan necesitados como están de pienso para su canal de documentales: ya nos han mostrado el rostro de Cristo, los misterios de las alcantarillas de Ohio y la implicación de los extraterrestres en el asesinato de Kennedy, así que un nuevo Leonardo podría ser canela fina. El caso es que la cosa saltó a la prensa, pueden verse por ejemplo en la red fotografías de los agujeros que