Ezenggileen

30378g1Leí hará cosa de un año acerca de la lengua Tuva y los rasgos que en ella pueden darse de quienes la hablan allá por las tierras del corazón de Asia. A uno le entraron por el ojo las historias de todas aquellas etnias, familias, tribus o clanes de origen mongol al leer sobre los oirates o calmucos en “La rebelión de los tártaros” de Thomas de Quincey. De ello hace ya muchísimos años y, desde entonces, me da por imaginar un viaje por aquellas tierras del corazón profundo de Asia al modo de los nómadas, con su característico caballo enano, la yurta y el fiel halcón. Pero como uno no está para esos trotes y la vida le ha hecho acostumbrarse hasta la dependencia a los vicios y virtudes de las comodidades occidentales, deja de lado todo esto como meras ensoñaciones y, a modo de consuelo, recurre de vez en cuando a lecturas sobre todo lo que late en el corazón de Asia.


Ezenggileen se refiere en lengua Tuva a un tipo de canto, música o composición que evoca los ritmos pulsátiles del galopar a lomos de un caballo. La referencia es clara, y cuesta muy poco imaginar que en ello habrá mucho de improvisación, de rellenar las largas e interminables cabalgadas por las extensas llanuras de la Mongolia Interior con cantos muchas veces íntimos, con el único sustento del ritmo que marca el propio caballo.


Ezenggileen. Hace poco, un buen amigo en esto de los blogs anunció que abandonaba, que cerraba su cuaderno y lo lanzaba al fuego del olvido para permanecer a partir de ahora en silencio. Sobre su montura, pensé. Y a la tristeza que me produjo dicha noticia, unida a la absoluta comprensión, le siguió la habitual introspección. ¿Y tú? ¿yo?: mi canción ahora es lenta, lleva mucho tiempo así, es casi silenciosa y pausada, pues no recorro extensas y claras llanuras, sino, como otros tantos, pedregales y escarpados caminos. Pero seguiré cabalgando siempre, siento el deber de hacerlo, esperando volver al llano, entonando sin descanso el ezenggileen que marque mi camino.

Comentarios

  1. Querido Charles, he disfrutado mucho tu anotación. Espero que continuemos cabalgando juntos mucho tiempo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Eso espero, charles, que no te canses de ese cabalgar ni de ese canto de hombre solitario. ¡Cuántos desiertos no habremos pasado ya y cuántos aún nos aguardan! La clave, siempre, es resistir con dignidad. Besazos, querido amigo.

    ResponderEliminar
  3. Cada tramo del camino se hace a una velocidad, ahora toca despacio.
    En «El retorno del Jedi» las canciones de los Ewoks son cantos calmucos. Cuentan que encontraron a una abuela, le dieron una botella de vodka y se puso a cantar.

    ResponderEliminar
  4. A caballo o a pie, nuestros pasos por la vida siempre son cantados.

    ResponderEliminar
  5. Confío que llegues cuanto antes a terrenos donde puedas, al mnos, trotar.
    Leerte es un placer.

    Abrazos!

    ResponderEliminar
  6. Lo mismo digo, como espero seguir viendo por aquí a mis estimados y añorados naúfragos jardineros.

    Mucha salud para todos!

    ResponderEliminar
  7. Tu mejor que nadie sabes de lo agotador que es en ocasiones esto de mantener vivo un proyecto o un cuaderno. Esperemos que, de los que vamos quedando, no nos cansemos ninguno. Como le decían a Zalacain el aventurero: !Adelante, siempre adelante!

    Mucha salud, querida amiga

    ResponderEliminar
  8. Pues no tenía ni idea, y mire que tuve mi época -en los años AI (Antes de Internet)-, en los que hice mi pequeña recopilación sobre los tales Calmucos u Oirates. Gracias por el dato, que va animarme a ver dicha película de nuevo. Y eso que los Ewoks y el tal JarJarBin son para mi uno de los peores lastres de la saga.

    Salud

    ResponderEliminar
  9. Es lo que se merece una vida ¿no?. Gracias por el enlace, paso a verlo ya mismo.

    Saludos

    ResponderEliminar
  10. Todo llegará. Lo importante es no perder la esperanza de volver a tierras menos accidentadas. Muchas gracias.

    Saludos

    ResponderEliminar
  11. Lo de la canción lo oí en la pista de comentarios del DVD.

    ResponderEliminar
  12. mantener rítmico el viaje es bueno, mientras, la cabeza descansa y se centra en lo que le importa,
    es como los mantras de los lamas
    o el rezo de antaño de las viejas de mi pueblo (ya no queda ni una) en el fondo se estaban fijando hasta en la costura del cosído de la camisa, si estaba al ves o al revés

    ResponderEliminar
  13. O trasladado a esto de los blogs, al sonido rítmico del látigo del cómitre apremiándonos a que tecleemos con brío en nuestros cuadernos...

    Salud!

    ResponderEliminar
  14. Pues en aquellas tierras hoy desoladas donde se agota el Gobi hubo una vez la capital de uno de los mayores imperios de la humanidad.

    Yo me he bajado del caballo enano un montón de veces hasta aburriros a todos. Debo manifestar que debe ser por autosugestión: decir que lo abandono aparte de hundirme en la pena me suscita unas irrefrenables ganas de escribir y contar mi vida.

    Abrazos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un día como el de hoy

Un mundo nuevo

La colina de Santa Bárbara