Inconstancias y decepciones
- Yo, señor, he vivido siempre aquí y los que me conocen, que son todos los del pueblo, le podrán confirmar a usted que apenas he abandonado mi casa a lo largo de todos mis años, si no ha sido para cumplir con la pesada obligación de hacer el servicio militar. ¡Al Ifni me mandaron los muy canallas, para defender un arenal en el que sólo había ratas, escorpiones y un sargento que seguramente ya se lo ha llevado el diablo!. Después volví al pueblo, me casé, criamos cuatro hijos que comían más que un sabañón y aquí me tiene, saliendo de misa pa jugar la partida de los domingos dondel Miguel, después de que veamos lo que a usted le trae aquí. Hablábamos entre las gentes que salían de la iglesia apretando con las manos los cuellos de sus abrigos para protegerse del intenso frio que hacia aquella mañana. Había quien detenía un poco el paso intentado captar el contenido de nuestra conversación o saber quién era el extraño que hablaba con el Aparicio. Recuerdo que unos días antes, había estado