Galvs cantant
Visitando el pasado domingo las cuevas de Mendukilo, me preguntaba mi hijo por el origen de aquellas magníficas estalactitas y estalagmitas que asomaban por doquier, allá, en las mismísimas entrañas de la tierra, rellenando los oscuros vacíos que nos rodeaban.
Le sorprendió saber que es un lento y continuo goteo el que a lo largo de milenios, va esculpiendo en el vacío esos apéndices rocosos que cuelgan de la bóveda o arrancan del suelo.
- Entonces, si riegas una piedra, a ésta le salen ramas también de piedra- concluyó.
- Bueno, no es así exactamente, y además se necesita mucho tiempo…
El tiempo no es importante para él. O por lo menos, no se mueve con las mismas leyes. Siguió en silencio. Observando. Como esperando cazar a alguna de aquellas formas en pleno estiramiento.
Parecía disfrutar de la idea de que todo lo que es, procede del agua: de ese pausado, repetitivo y rítmico goteo que ahora mismo está ocurriendo bajo nuestros pies, en un lugar en el que todo es vacío y oscuridad… En el vientre de la tierra.
- ¿Y el agua, de dónde viene?
El tiempo no tiene aún importancia para él. No lo de la misma manera que para nosotros. De hecho, en aquél momento, al interpretar aquella pregunta, sentí pasar el mio -mi tiempo-, de manera muy especial. Descubría que la razón de mi pequeño iba despertando a la luz del día, como si fuera alumbrado por el canto de un gallo en el amanecer de una nueva vida.
Hace una semana, visité el castillo de Foix, donde hay una inmensa colección de grafitos, grabados durante los tiempos en que sirvió de prisión. En las escaleras que conducen al segundo piso de la torre, por ejemplo, encontré grabado un hermoso y enorme gallo.
Sobre él, las siguientes leyendas:
“Galvs cantant”
“Le coq”
Supongo que no tendrá nada que ver, pero me recordó a un grabado de la época de la Revolución Francesa, con el mismo motivo y cierto parecido en la forma.
Pasé más de una hora revisando los tres pisos de aquella torre y sus escaleras, fotografiando todo aquello que me llamaba la atención, siguiendo suavemente con los dedos el trazado de algunos que me llamaron la atención de manera especial, en un intento de sentir la cadencia y el modo en que se realizaron.
Mi idea era, la de fotografiarlos y, como hago siempre que puedo, procurar saber algo de su contenido y sus autores.
Algunos hablaban por sí mismo, aunque a partir de ahí no haya podido llegar a adivinar nada. Tal es el caso de Guillaume Marrot:
GVILLAUME
MARROT TANUR
A FOIX BOVN VIBANT
DIEV MERSI ET SANS
CHAGREIN CAN
ILA LE VERE EN
MAIN 1720
Lo cual, en francés actual quiere decir: “Guillaume Marrot tanneur à Foix bon vivant dieu merci et sans chagrin quand il a le verre en main 1720”
En ocasiones los textos resultan muy difíciles de desentrañar, no sólo por su estado. También por el modo en que están escritos, debido tanto al nivel de conocimiento de la escritura de sus autores, como al hecho de que se expresaban en su lengua natural, en este caso una variedad del occitano. Lo que viene a decirnos el bueno de Guillaume es lo que sigue traducido al castellano:
“Guillaume Marrot, curtidor en Foix, vividor gracias a Dios, y sin pesares cuando tiene el vaso en la mano. 1720”
En la documentación que se conserva del castillo en su época de prisión, se cuenta que el 16 de agosto de 1803, un grupo de siete condenados a una media de 14 años, deciden evadirse. Para ello se reparten el trabajo encargándose unos de fabricar una cuerda a partir de paja y tela, y otros, con ayuda de una punta de 50 cm de hierro, agujerean el suelo. Cuando descendieron a la planta de abajo, emplearon la misma cuerda para salir al exterior desde las letrinas de dicho piso.
Entre los fugados estaba un tal Joseph Peyrat, del que sabemos que volvió a ser capturado, a la vista de la fecha en la que deja su nombre en las paredes de aquella prisión.
A François Laffite, aprendiz de herrero de 23 años, le condenaron el 14 de julio de 1846 por el robo de una pequeña cantidad de dinero, a pasar 15 meses en prisión… En algún momento de 1848, todavía seguía encerrado.
Esa sensación de abandono que debió sentir Laffite al ver que pasaba su condena y seguía ahí no era única. Un joven Jean Cassé, labrador de 15 años, comparte prisión en la primera planta de la torre con otros muchos penados. Su delito, según se lee en el archivo, es el de haber robado heno.
“ICI NOUS SOMOLLS
AVANbONEDE
TOUS CASSE”
“Ici nous sommes abandonnés de tous Cassé”
Lo que viene a decir:
“Aquí estamos abandonados de todos. Cassé”
Como ya he dicho, la lista es interminable y, aunque poco, algo he logrado saber de parte de ellos. Pero por no aburrir al paciente lector que llegó hasta aquí, y quedarme con alguno de los que encontré, lo haré con éste que dice:
Est ce que je sortiray?
Que traduciéndolo con cierta libertad para poder trasladar el dramatismo de lo escrito, vendría a decir:
¿Saldré algún día de aquí?
De aquella angustiada pregunta sólo sabemos lo que ha quedado: una simple marca sobre la piedra, una gota más de ese proceso interminable que es el del paso del tiempo.
Quizá al encontrarnos en aquella cueva con el misterio de las estalactitas y estalagmitas, debí explicar también a mi hijo que nosotros mismos eramos parte de aquél lento y continuo goteo que va marcando su paso sobre el vacío y la nada. Que sobre aquellas piedras que crecen regadas por la generosa fecundidad de la tierra, nosotros sólo marcamos el testimonio del naufrago que vaga perdido en las sombras de la eternidad, antes de ser olvidados. Quizá debí contárselo, pero esperaré un poco más. Al fin y al cabo
Ce qui est grief à supporter
Est, après, doux à raconter.
(Dejo este enlace al álbum que recoge las fotos de grafitos que hice en el Castillo de Foix)
Tendrás tiempo de contarle eso más adelante. Qué decirte de esta entrada, amigo. Me ha maravillado.
ResponderEliminarDibujar el gallo que te despierta por las mañanas, pero en piedra. Congelar el tiempo, o petrificarlo. Extraña idea para un preso.
ResponderEliminarPienso igual. Tiempo habrá... Celebro que te haya parecido interesante. Como ya sabes, son varios los temas que se tocan en él que a uno le apasionan.
ResponderEliminarSalud!
En el caso del gallo, tengo mis dudas de si fue un preso o no, por el hecho de que se encuentra en la pared de las escaleras, por lo que bien pudo ser algún guarda, soldado, o vaya usted a saber, en lugar de un preso.
ResponderEliminarDe cualquier manera, coincido en la idea del porqué, ¿puro divertimento? ¿invocación al día una noche especialmente larga?... Quién sabe, como pasa con las pinturas de las cavernas, sólo podemos elucubrar.
Salu2
millones de años son difíciles de digerir, para los adultos hasta con un buen vaso de vino en la mano, como dice uno de los grabados,
ResponderEliminar"Alégrenos el recuerdo de los males que ya han pasado"
y alégrenos los buenos que vendrán, cuando terminen los sanfermines, juas
Saludos
Ni que el tal Guillaume hubiera leído a Berceo!... Pues nos alegraremos, si señor, por lo malo pasado y lo bueno que está por venir, sea antes o después de los sanfermines...
ResponderEliminarUn gran saludo
Estas personas dejaron una huella de su paso por la vida, pero ¿cuantas habría en situaciones parecidas sin que se sepa nada de ellas? ¿Y cuantas en este momento?
ResponderEliminarPiedras que miran al presente desde un pasado que, aun a la vista, permanece oculto, en cada trazo fosilizado que esculpieron manos humanas.
ResponderEliminarSusurros del pasado...
Desgraciadamente no tengo la capacidad de trasladar adecuadamente a la palabra escrita todo lo que quiero decir. Por eso mismo decía lo del goteo y el anonimato. Lo conjuga en pasado y en presente... no le quepa duda de lo hay también para el futuro.
ResponderEliminarSalud!
Que muchas veces quedan mudos por el poco caso que les hacemos, o borrados por el paso del tiempo y la ignorancia o desidia de quienes "restauran" esos lugares.
ResponderEliminarSaludos!