Cerramos una puerta, abrimos otra.
Con esta entrada, y no dejando de jugar con las palabras por última vez, cerramos el paso a este Laberinto que durante unos cuantos años ha sido el lugar en el que he vertido lo que se me iba ocurriendo.
A las puertas de cumplir los 10 años en el mundo del blogeo, he creído que lo mejor era cerrar este cuaderno, pues resulta difícil de explicar, pero lo que podían dar de si en él mis palabras era ya más bien poco. Quienes me conocéis algo de este y anteriores cuadernos, sabéis de la costumbre que tengo de reinventarme y reaparecer, si no lo he hecho ya, en otro lugar. Y es que aunque pueda tener el ánimo y la capacidad de fabular vacía, siempre quedan en mi esas ganas de dejar una ventana abierta hacia todos vosotros con los que comparto el gusto por contar las cosas de esta manera tan especial...
Mucha salud a todos.
Es complicado trasladarte el temor cuando uno cree que te vas para siempre, la desazón del silencio consciente y la alegría cuando irrumpes de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo y mucha salud.
Agradezco tu preocupación, amigo, y te animo a que busques en otro lugar en que coincidimos. Allá me encontrarás entre marmitas de leche.
ResponderEliminarSalud!
Como Goathemala, me debato entre el miedo de que no vuelvas y el alegrón de una nueva bitácora.
ResponderEliminarEn todo caso sé que siempre andará cerca quien se mueve dentro de Charles de Batz..
Salud y un gran abrazo.
Curiosamente, he dado antes con el blog nuevo que con esta despedida... Que sea para bien el cambio y seguiremos "viéndonos" ahora que estamos en el mismo barco.
ResponderEliminarY que sea, lo de vernos, por mucho tiempo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
De todo ello no le quepa ninguna duda querida amiga.
ResponderEliminarSalud!
Sin embargo para mí prosigue el misterio, no es tornavientos y bitacoras.com sigue cerrado.
ResponderEliminarLas puertas cerradas suponen una invitación a abrirlas; lentamente, dejando que el ruido acompañe el desplazamiento... Y, de pronto, luz.
ResponderEliminarGrato recomienzo. Allá donde fluye el pensamiento siempre habrá un cubículo habitable.
Me gustaba el barquito, el aparejo de la mesana es de lo más raro.
ResponderEliminarNos vemos por su nuevo blog.
Renovarse o morir.
ResponderEliminarO eso dicen.
Confío encontrar en breve su nueva madriguera.
No la esconda.
Escríbame desde ella. Yo no me moveré de mi sitio. Jejeje
Abrazos y suerte en la nueva andadura!!!